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Por encima de todo, su mujer y su hija


Se llama Lorenzo Vargas, tiene 24 años, le conocen por El Moro, y está preso en la cárcel de Palma.
Hoy, disfrutando de un permiso, estará en su casa, con su mujer e hija.
Hablé con él días atrás, en Raxa, donde con otros presos estaba limpiando el torrente. "Si me haces el favor -me dijo en un alto que hizo para zamparse el bocadillo-, publícalo el domingo, que estaré en casa con mi familia. Me hará mucha ilusión"
Lorenzo me contaba que está en la cárcel comiéndose un marrón. "Me echaron la culpa de algo que no cometí". Sí, sí... le dice colega. Lo cierto es que le condenaron a seis años de los que cumplido dos.
Lorenzo es un hijo de la calle. "Me crié en ella y aprendí lo que ella me enseñó. Si soy como soy, es por eso. Jamás fui a la escuela, o al menos no recuerdo haber ido. Mi padre, que era drogadicto, murió como un perro. Mi hermano, también. Y mi madre nos abandonó. Al cuidado de nosotros - cuatro hermanos- se quedó la abuela, la pobre, que no podía con nosotros. Ahora está ciega "
Dentro de lo que cabe está intentado recuperar el tiempo perdido. Confiesa que ya no toma nada, ni siquiera fuma porros -¿seguro, Lorenzo, que no los fumas?- , y trata de aprender a leer. "Me cuesta mucho, ¿sabe? Aprendo poquito a poco. ¿Y sabe cómo practico? Leo el periódico y luego tengo que hacer un resumen, contar lo que he leído, y así veo si se me ha quedado o no. Pero no es fácil. Al menos no lo es para mi"
Confiesa que en este mundo, aparte de su abuela, dos han sido las personas que más le han ayudado, o mejor, "que más me están ayudando". Se refiere a su mujer y su hija. "Mi mujer, que es paya, pero que se enamoró de mi, y yo de ella, y que ha aceptado muy bien nuestras costumbres, bastante hace la pobre con aguantarme. Es muy buena mujer, sí, pues me espera y me apoya. Y jamás me ha engañado, ni yo tampoco a ella. Por eso, aunque esté en la cárcel, no me siento solo. Y luego está mi hija, por quien sería capaz de hacer cualquier cosa. Mi mujer me ha advertido que si hago algo malo, que si mi comportamiento no es bueno, no me dejará ver a la niña. Pero le digo que esté tranquila, que seré bueno. Que por las dos voy a ser bueno. Que si no lo fuera, y por ello se tuvieran que avergonzar de mi, no me lo perdonaría nunca"
Cuenta que a la niña le han dicho "que papá está trabajando con un dentista, y que por eso no me ve. Aunque cuando viene a la cárcel, de visita, ella sabe que eso no es un lugar donde trabajan los dentistas. Yo no le digo nada, pero ella sabe que eso es la cárcel. Pero tampoco lo dice"
La niña va al colegio. Lorenzo sabe que algún dia alguna amiguita le contará que su papá está en la cárcel, "y cuando eso ocurra me dará mucha vergüenza... Por ella sobre todo. Pero qué vamos a hacer. Los niños son así..."
Aparte de aprender a leer y a escribir en la cárcel, procura tener buen comportamiento, pues sabe que eso puede mejorar su situación.
Entre aquellas cuatro paredes ha coincidido con La Paca y su hijo, Ico, de los que dice ser pariente "Ella, como yo, está aprendiendo a leer y a escribir. El otro dia la vi que estaba limpiando el suelo con una fregona". En cuanto a Ico - o el Ico, como le llama él-, "le han hecho cabo de ofice... Es el que reparte la comida a los demás de su módulo. Me llevo bien con los dos. Y es que somos familia..."
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El preso poeta


Tolo Crespí es un interno de la cárcel de Palma. Durante mucho tiempo estuvo enganchado a la droga. Hoy, afortunadamente, ha superado el problema, aunque no lo olvida. Sobre todo no olvida el mal que le causó. En sus peores días, aprovechando los momentos de lucidez, compuso el siguiente poema que nos ha pedido que publiquemos por si alguien quiere sacra alguna conclusión de él

GENTE DE LA DROGA 

Gente de la droga, gente inconsciente,
es gente sencilla, es gente corriente,
es gente sin rumbo, es gente imprudente,
gente atrapada, gente dependiente,
es gente criticada por ser diferente.
Es gente que sufre, es gente valiente,
es gente que ama, es gente que siente. 
Gente de la droga, gente inconsciente,
están encerrados, apartados de su gente,
cautivos en la cárcel, cautiva su mente,
nadie les apoya, nadie les entiende. 
Gente de la droga, gente inconsciente,
viven sin futuro, no tienen presente,
les pierde la droga, les busca la muerte.
Es gente que compra, y a la vez se vende,
es gente sin miedo, les teme la gente,
¡maldita la droga!, les tienta y le vence,
juegan a vivir, y les falla la suerte. 
Gente de la droga, simplemente gente,
ríen y lloran, no son diferentes.
Olvidad el pasado, luchad por el presente,
buscad un futuro, la droga es la muerte. 
 
 
 
Tolo Crespí. Centro Penitenciario de Palma de Mallorca


(Tolo sigue cumpliendo condena en la cárcel de Palma, de la que, dos días a la semana, por estar adscrito a programa Oxigeno, sale a a la finca de Raxa, a hacer las practicas de dicho programa, como por ejemplo, quitar hierbajos del torrente, podar ramas de árboles, etc. La foto fue tomada en una de esas salidas)
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Vivir bajo un techo prestado



Les voy a contar una historia triste.
Manuel San Basilio Vic y su madre, Catalina Vic Pons, viven en algo peor que en una caseta de aperos, en pleno campo, helándose por las noches -en verano, seguramente, achicharrándose- y anegándose cuando llueve, pues el techo es de uralita y los alrededores de la vivienda (?) son de tierra pura. Y lo peor, es que se temen que van a tener que vivir durante mucho tiempos así, de no ser que se produzca un milagro.
Y lo curioso es que hasta hace un año no había problemas. El trabajaba como chófer con contrato de relevo y habían comprado un piso en Palma, que estaban pagando. Pero un mal dia no le renovaron el contrato, estalló la crisis, que además los atrapó, y... Bueno, pues que ahí los tienen.
"Como me quedé sin trabajo y sin dinero, solo con la pequeña pensión de mi madre, 332 euros al mes, para hacer frente a la hipoteca de 662 euros mensuales, si no perdíamos el piso, tuve que alquilarlo por 500 euros. Como no alcanzaba para pagarlo, tuve que pedir un crédito de 3000 euros al banco, a empezar a devolver dentro de dos años; crédito que me va abonando a plazos, a razón de 292 euros, con lo cual sí llego, sobrándome, encima, cien euros, que con los 332 de mi madre nos quedan 432. Como ve -señala al Seat Ibiza-, tengo un viejo coche, que apenas utilizo pues el seguro ha caducado y no he podido pasar a revisión."
Así, con ese bagaje, y a la espera del milagro, madre e hijo viven bajo ese chamizo, durmiendo sin ninguna intimidad sobre dos colchones que reposan sobre el suelo. Observo que tiene un pequeño camping-gas, "con el que calentamos la cena, ya que comer lo hacemos en el centro de la Tercera Edad de ses Selines. Caritas y Servicios sociales nos echan una mano. Poco, pero menos es nada".
El se lava en el polideportivo, "y una hermana mía se pasa por aquí un dia a la semana, se lleva a mi madre para que se asee, y la devuelve por la noche". Imaginamos que el resto de necesidades higiénicas y biológicas las deben de hacer en el servicio del centro de Tercera Edad a donde van a almorzar.
Siguiendo con la casa -una sola habitación (?)-, observo que sobre la mesa hay los restos de un espejo, donde seguramente se miran para peinarse -que no para otra cosas pues por lo que hay que ver-, una cajita con las pastillas que se toma ella clasificadas en compartimentos de mañana, tarde y noche, y un libro, "La batalla del Ebro", que lee él por las tardes. Y pocas cosas más. Bueno, sí, garrafas de agua, bolsas, seguramente conteniendo ropa un pequeño lebrillo de plástico con algo de agua sobre la que flota una esponja... Y en la parte exterior, restos de una hoguera, "con la que nos calentamos por las noches" y dos polluelos dentro de una pequeña jaula "que me encontré en el campo y ahí están por si alguien los reclama. Y a poco de instalarse en ese lugar, que les ha cedido un amigo, se encontraron con ratas gordas y alguna que otra culebra, "que con nuestra presencia hemos logrado ahuyentar, aunque a lo mejor siguen por ahí"
Manuel ya no sabe donde recurrir para encontrara un trabajo. Ala donde voy, dejo curriculum, en el ayuntamiento están cansado de verme, me dicen que tenga paciencia, pero pasan los días...Vamos a ver si ahora, con motivo de las fiestas, hay suerte"
Está claro que ni él, ni ella, podían imaginar que en tan poco tiempo su situación llegara hasta este extremo. Y lo mas seguro, si no encuentra trabajo "en lo que sea " -recalca Manuel- es que puede empeorar.
Así que si alguien tiene algo que ofrecerle, llámenle a esta número de teléfono.
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En coche y luego a caballo



Tomeu Mestres es un joven mallorquín. Su profesión es la de maestro herrador. Si, se dedica a herrar caballos, aunque en los últimos tiempos la ha aparcado para ser asistente de actores, entre otros de Timothy Hutton y Javier Barden. ¿Que de qué va ese trabajo? No se explaya mucho, tal vez porque la mejor cualidad del asistente debe de ser a discreción, pero -dice- "como bien dice la palabra me dedico a asistir, y si es necesario a resolver algún problema que se presente".
Pero si traigo a Tomeu a este rincón del diario, no es para que me hable de caballos herrados, ni de historias de famosos. Está aquí porque dentro de nada emprende una doble aventura: la primera sobre cuatro ruedas, seguida de otra sobre cuatro patas.
La primera se llama Mongol Rally: de Praga a Ullan Bator en coche de no más de 1200 cc. Da comienzo el 18 de julio y deben llegar, tras recorrer más de 15000 kilómetros, el 19 de agosto como mucho, puesto que una semana después él comienza otra prueba, la Mongol Derby, entre Khentii Aimag y Kharkhorin, ciudad natal del mítico conquistador Gengis Kan. 1000 kilómetros ¡a caballo", más o menos una especie de Océanos de fuego, aunque sin la violencia de esta película. Vamos, eso es lo que espera él, tras haberla visto, como mínimo, diez veces.
El Mongol Rally lo hace formando equipo con otras dos personas, Eva Cruz, de Málaga, y José Sánchez, de Huesca, ambas pertenecientes a la ONG "Granito de arena". Van a recorrer 15000 kms. y atravesar un montón de paises, entre otros Praga, Turquía, Irán, Kazahistan, Mongolia.... Habrá momento que no pararán, en otros se detendrán para ver como es el lugar. "Iremos a nuestra bola, pero tratando de cubrir las etapas para llegar sin problemas antes de que se cierre el plazo de llegadas, y porque yo tengo que llegar, que si no, no participo en la carrera de caballos".
Cada participantes del Mongol Rally debe de abonar a la organización Advent Turist, de Londres, 1000 libras esterlinas, y comprometerse a dejar el coche en Ullan Bator
La segunda carrera, posiblemente más dura, y más levando a cuestas el cansancio acumulado en la primera, será de mil kilómetros sobre pura estepa, a lomos de caballos mongoles, caballos seguramente sin herrar, que podrá cambiar cada 40 kilómetros en unos lugares concretos que deberá de buscar. Podrá llevar un y como mucho diez kilos de equipaje. Para participar en esta prueba deberá de abonar 4500 dólares, que ira también a parar a Advent Turist.
De momento está buscando sponsors y resolviendo trámites en las distintas embajadas, pues cuando esto se ponga en marcha todo tendrá que estar en orden