Fray Salom fundo la Iglesia La divina Providencia en México DF

La diputada María Salom, con quien coincidí en Barajas –yo camino de México, ella del Congreso-, me hizo un encargo. “Si tienes tiempo, averigua en México dónde está la iglesia de La divina Providencia. La fundó mi tío, Fray Miquel Salom. Tengo entendido que está enterrado en ella”. Luego me facilitó la dirección. “Está en la colonia Moctezuma, 9 norte”.
Ni siquiera echando mano de Google Herts, es fácil dar con una dirección en México, la capital más poblada del mundo. Pero con paciencia –y muchas equivocaciones-, llegamos hasta la iglesia. Está junto al mercado y el párroco actual es un fraile mexicano, que de no se dónde sacó fotos del fraile mallorquín que llegó a este país en 1953 acompañado de otros dos frailes, también isleños, Joan Rubí, nacido en Llucmajor, y Joan Domenge, de Manacor, y que sin más se establecieron en dicha colonia – aquí, la colonias son como nuestros barrio, aunque algunas son tan extensas y pobladas como Barcelona- donde, de forma muy rudimentaria, construyeron una iglesia que con el paso de los años se fue transformando en la que es hoy.
Más no conformándose con esta obra, fray Salom, camino del aeropuerto, en uno de los laterales de la autopista, levantó otro templo, la iglesia de los Reyes, en cuyo patio plantó una palmera cuyas palmas, cuarenta años después, sobresalen por encima del muro que rodea el recinto que cuenta, además, con otras dependencias, tales como capilla, dormitorio, comedor, sala de cerámica en la que trabaja otro fraile mallorquín, Jeroni Genovart, de Artá, que con otros franciscanos de les Illes ha llegado a México a lo largo de estos años, auque él concretamente es uno de los pioneros.
Pero volviendo al fray Miquel Salom –su fotografía preside la sacristía de la iglesia de la Divina Providencia-, si pregunta por él en la colonia de Moctezuma, sobre todo a la gente mayor, casi todos saben quien es y lo que hizo por la zona mientras vivió.
El templo de la Divina providencia, que tiene un estrecho pero alto campanario, es alargado y con la bóveda triangular. Los bancos están alineados en dos filas en la única nave, y el altar está presidido por la cruz flanqueada por las imágenes de la Trinidad y Jesucristo. Frente a él, en el suelo, reposan los restos del padre Salom. Una losa de bronce así lo asegura y, al mismo tiempo, recuerda su obra: En memoria de fray Miguel Salom Sansó –se lee en la lápida- fundador, constructor y primer párroco de esta iglesia La divina providencia. RIP. 1900-1972 .
“Fue su última voluntad –nos dice el sacristán-. Pidió que cuando muriera le enterraran ahí”.
Antes de viajar a México, el padre Salom fue superior del convento d’ Inca –lo cual me llena de orgullo, pues en el colegio Beato Ramón Llull estudié dos años-; fue, además el promotor y constructor del cine Novedades. ¿Lo sabían?
Por todo ello, Fray Junípero puede estar satisfecho. Su obra en México no solo se ha consolidado, sino que quienes le siguieron, como el padre Salom –y otros: como los citados -------, Jeroni Gelabert, Joan Domenge y Juan Rubí, además de Juan Riera, Antonio Martí, Miquel Rigo, Juan Jaume, Antonio Más, Rafea sastre, Juan Vallespir, Antonio Terrassa, etc- la han engrandecido.